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2-may.-2024, jueves de la 5.ª semana de Pascua

Danos la alegría de permanecer unidos a ti en la fe, la esperanza y la caridad

Hoy amanece otro día lleno del amor de Dios y de su calor en nuestros corazones. No importa cómo amanezca el día ─frío o soleado─, todo es gracia de Dios. Abriguémonos con su esperanza y saquemos el paraguas de la fe. Si es soleado, despojémonos de lo que nos estorbará en esta mañana.

Gracias, Señor, por el don de despertarnos y contemplar que todo es obra de tus manos. Permite que haya lluvia de bendiciones y el frío baje la temperatura del pesimismo, que hoy sea un día pleno de Dios; así como confiaste a san Atanasio la misión de defender tu divinidad, ayúdanos a ver en Ti que eres uno de nosotros, sobre todo, que estás dentro de nosotros. Infunde en nuestros corazones una grande fe, visión y sabiduría para que nunca nos debilitemos frente a la persecución y las adversidades. Permite que ayudemos a nuestros hermanos a mantenerse siempre fieles a ti. Pero, ante todo, danos la alegría de permanecer unidos a ti en la fe, la esperanza y la caridad. Que tu savia corra por nuestras venas para dar frutos de autenticidad que se traduzcan en frutos de misericordia, de perdón y reconciliación, de paz y Justicia. No permitas que, con nuestras actitudes negativas, seamos nosotros los que estemos imponiendo condiciones y no permanezcamos en tu amor. Danos la ocasión de ser verdadero testimonio de servicio y disponibilidad. Tuvimos nuestro merecido descanso de mitad de semana. Que, en este segundo día del mes, permanezcamos en tu amor, guardando tus mandamientos y cumpliendo tu voluntad.

Gracias por darnos la ocasión de poder permanecer unidos a ti, porque amamos como tú nos amas. A ti te bendecimos, te glorificamos y te damos gracias. En Ti confiamos y en Ti esperamos.

Buen y bendecido jueves vocacional y ojalá llenos de fraternidad y solidaridad.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Dios mío, Trinidad a quien adoro, pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin reservas a tu acción creadora» (beata Isabel de la Trinidad).

* «Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo importante es que ‘permanezcamos’ en la vid, en Cristo» (Benedicto XVI).

* «Fruto del Espíritu y plenitud de la ley, la caridad guarda los mandamientos de Dios y de Cristo: ‘Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor’ (Jn 15,9-10)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1824).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.