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28-dic.-2025, domingo de la Octava de Navidad

La Sagrada Familia de Jesús, María y José

Gracias infinitas te damos por tu bondad y misericordia. Por este día, por nuestras familias, por mi esposo o esposa y por nuestros hijos. Gracias, Señor, por el ejemplo y testimonio de la Sagrada Familia. 

Nos puede sorprender tu pregunta a María y José: «¿Por qué me estaban buscando? ¿No sabían ustedes que debo estar donde está mi Padre?». Como la Sagrada Familia, nuestras familias y cada uno de nosotros tenemos también que crecer en la fe. Quizás será a través de dolorosas pruebas y sufrimientos semejantes a los de María y José como nuestra fe llegará a madurarse. Hoy nuestra lección de fe y amor se inspira en María, José y Tú, que nos enseñan los pilares fundamentales sobre los que debemos construir: amor, respeto, obediencia, armonía y unidad, cariño y comprensión. Tú, Señor, nos enseñas a obedecer en todo momento porque viniste a hacer la voluntad del Padre y María y José nos enseñan vivir en armonía, comprensión y unidad y que a pesar de las dificultades y obstáculos que se presentan, mientras haya unidad y armonía, todo lo podemos superar. Ayúdanos a aprender a dejarte espacio en nuestra vida, para que crezcan día a día en nosotros y en nuestra familia sentimientos de solidaridad y mutuo respeto. Haz que nuestras familias se centren en descubrir y cumplir siempre la voluntad del Padre celestial y en vivir en armonía y amor. Como esposos podamos vivir nuestro compromiso de amor en salud y enfermedad, en pobreza y prosperidad, en la tristeza y la alegría y vivir en fidelidad. Como hijos, no olvidemos los sentimientos de respeto y obediencia y corazones agradecidos con nuestros padres. Y como nos dice Pablo: «sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo Y por encima de todo esto, el amor». 

Un muy feliz y santo domingo compartido en familia y vivido en armonía y unidad familiar. Bendiciones abundantes. 

ORACIÓN 

Dios Padre, fuente de toda familia en el cielo y en la tierra, te presentamos hoy nuestro hogar y a todos los hogares representados por la Sagrada Familia de Nazaret.

Te pedimos que Jesús, María y José intercedan por nosotros. Que la unidad de nuestro hogar se fortalezca cada día, y que el amor sea el cimiento firme sobre el cual construimos nuestras vidas.

Concédenos la fe de José para escuchar y obedecer tu voluntad, y la humildad de María para servirnos mutuamente con alegría. Que, en nuestros momentos de prueba, recordemos que Tú estás en medio de nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Amén.

Reflexión del Evangelio por Pbro. Ernesto María Caro

En este domingo en que celebramos la fiesta de la Sagrada Familia, quisiera que reflexionáramos en la importancia del varón, del padre, del esposo dentro del crecimiento de la familia, según el proyecto de Dios. 

Recordarán ustedes que ya en el cuarto domingo de Adviento reflexionábamos sobre la figura de José. Pues hoy quiero retomar el tema desde su papel como custodio, protector, guía y sostén de su familia. 

La invitación de este día, pues, es para los varones, para los varones de la familia y en especial para el esposo, para el padre de familia, para formar en él un corazón justo, amoroso y responsable, como el de José. Esto es posible si dedicamos suficiente tiempo para orar y tener una relación seria y profunda con Dios. 

Recuerda, José protegió, guio y sostuvo a su familia, y así Jesús pudo crecer. Que Dios conceda a cada padre el corazón valiente y fiel, como el de San José, para que su hogar sea un lugar donde Cristo habite y reine.  

 

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.