El duelo es una experiencia que nos confronta con la fragilidad y, a la vez, con la capacidad de amar. No hay un modo “correcto” de transitarlo; cada persona atraviesa su propio ritmo mientras busca comprender lo que se ha perdido y lo que permanece.A través del dolor, el ser humano se transforma aprendiendo a sostener el recuerdo sin desmoronarse; en la aceptación, el corazón ya no lucha contra la pérdida, sino que la integra con serenidad; el dolor se convierte en memoria y fortaleza, y la vida puede continuar con un nuevo sentido
Imagen



