¡Ánimo!
Imploremos con fe la presencia bendita de María Auxiliadora:
Ella nos levante con su amor de madre de Cristo y madre de la Iglesia.
Ella nos haga crecer en la virtud de la esperanza.
Ella nos fortalezca en la actitud de valentía para avanzar en el Camino Discipular Misionero.
"Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador." ( Lc. 1, 46 - 47)
Monseñor Luis José Rueda Aparicio - Arzobispo de Bogotá