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VIGESIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

Vigésimo Tercer Domingo

Paz y Bien,

 

Hoy celebramos el Domingo del Tiempo Ordinario, y la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre la sabiduría divina y las exigencias del seguimiento de Cristo.

El libro de la Sabiduría (Sab 9,13-18) nos recuerda que los pensamientos de los hombres son inseguros y que solo con la gracia del Espíritu Santo podemos conocer los designios de Dios y caminar en su verdad. Es una invitación a vivir confiados en la guía del Señor.

El Salmo 89 nos hace orar con esperanza:
“Señor, enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato.”
Es un canto que pide a Dios sabiduría y misericordia para que nuestros días estén llenos de su bondad y alegría.

La carta del apóstol San Pablo a Filemón (Flm 9b-10.12-17) nos muestra un gesto profundo de fraternidad cristiana. Pablo pide a Filemón que reciba a Onésimo, ya no como esclavo, sino como hermano amado en Cristo. Es una enseñanza sobre la verdadera comunión que nace de la fe.

Finalmente, en el Evangelio de San Lucas (Lc 14,25-33), Jesús nos habla de las exigencias radicales del discipulado. Seguirlo requiere anteponerlo a todo, incluso a los afectos más cercanos y a nuestras propias seguridades. Nos invita a calcular el alcance de nuestra decisión y a cargar con la cruz cada día, para ser verdaderos discípulos suyos.

Este domingo, el Señor nos anima a vivir con sabiduría, generosidad y fidelidad, poniendo a Cristo en el centro de nuestra vida y siguiendo sus huellas con confianza.

Que la gracia del Espíritu Santo nos ayude a responder con alegría y compromiso al llamado del Señor.

Fray Jair del Cristo Contreras OFMConv.

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"No puede ser mi discípulo"