Te enseñaremos un método práctico, experimentado progresivo, variado y gratuito
Fecha de inicio:
Jueves, 10 de marzo de 2022
Lugar:
Salón Parroquial de la Parroquia
Santo Domingo Savio
Horario:
8:30 a.m. a 10:30 a.m.
Dirigido a:
Adultos
Información:
Olivia de Gutiérrez
Celular: 3053134911
Inscripción:
Despacho parroquial o con la
Guía: Olivia de Gutiérrez
Cupo limitado. El taller no tiene costo.
Los Talleres de Oración y Vida es un servicio para profundizar en el arte de orar, que nos permite entrar en una relación personal con el Señor.
Es también, una experiencia de Vida que nos ayuda a superar, paso a paso, el mundo interior de angustias y ansiedades, miedos y tristezas.
¿Resultado? El participante va inundándose paulatinamente de paz; así como va superando complejos y traumas, obtiene el control de los nervios, la estabilidad emocional y la alegría de vivir.
Los invitamos a participar en el Taller de Oración y Vida para Adultos que se dictará a partir del jueves, 10 de marzo de este año, en el Salón Parroquial, a partir de las 8:30 a.m., dos horas cada sesión y una sesión semanal. Duración 15 semanas.
En Semana Santa Reconcíliate!
En el camino de preparación de Semana Santa, la Parroquia Santa María Mazzarello te invita a asistir a la jornada de confesiones, que se realizará el próximo martes 2 de abril, a partir de las 18:00 (6pm).
LA JORNADA DE CONFESIONES se irá desarrollando en la semana del primero al cinco de abril de 2019, UN DÍA EN CADA UNA DE LAS PARROQUIAS DEL ARCIPRESATAZGO 7.6, así:
STA. RAFAELA MARIA
P. VICTOR FDO. CASALLAS
Calle 171 #45 - 01
SAN JUAN MARÍA VIANNEY
P. WILSON BASTO CERINZA
Transv. 18B #187-31
SANTA MARÍA MAZZARELLO
P. RAFAEL BERNAL
Av.Calle 183 #9-09
MARTES
SAN ISIDORO DE SEVILLA
P. PEDRO NEL CANCINO
Carrera 14A #163A-30
SAN JOSÉ CAFASSO
P. JOSE LUIS RIVERA MILLÁN
Calle 166 #16C-41
Durante esta jornada, estarán presentes los sacerdotes del arciprestazgo, durante y después de la Eucaristía de las 18:00 (6 pm), para realizar confesiones, que nos permitan preparar nuestro camino personal de encuentro con el Señor Jesucristo, en esta Semana Santa.
Te esperamos!
TODOS SOMOS EL HIJO PRÓDIGO
— El pecado, la mayor tragedia del hombre. Consecuencias del pecado en el alma. Fuera de Dios es imposible la felicidad.
I. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas1 , rezamos en la Antífona de entrada de la Misa. En el Evangelio, narra San Lucas2 cómo cierto día en que se acercaban a Jesús muchos publicanos y pecadores, los fariseos comenzaron a murmurar porque Él los acogía a todos. Entonces el Señor les propuso esta parábola: Un hombre tenía dos hijos, y dijo el más joven al padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.
Todos somos hijos de Dios y, siendo hijos, somos también herederos3 . La herencia es un conjunto de bienes incalculables y de felicidad sin límites, que solo en el Cielo alcanzará su plenitud y la seguridad completa. Hasta entonces tenemos la posibilidad de hacer con esa herencia lo mismo que el hijo menor de la parábola: pasados pocos días, el más joven, reuniéndolo todo, partió a una tierra lejana, y allí disipó toda su herencia viviendo disolutamente: «¡Cuántos hombres en el curso de los siglos, cuántos de los de nuestro tiempo pueden encontrar en esta parábola los rasgos fundamentales de su propia historia personal!»4 . Tenemos la posibilidad de marcharnos lejos de la casa paterna y malbaratar los bienes de modo indigno de nuestra condición de hijos de Dios.
Cuando el hombre peca gravemente, se pierde para Dios y también para sí mismo, pues el pecado desorienta su camino hacia el Cielo; es la mayor tragedia que puede sucederle a un cristiano. Su vida honrada, las esperanzas que Dios había puesto en él; su vocación a la santidad, su pasado y su futuro se han venido abajo. Se aparta radicalmente del principio de vida, que es Dios, por la pérdida de la gracia santificante; pierde los méritos adquiridos a lo largo de toda su vida y se incapacita para adquirir otros nuevos, quedando sujeto de algún modo a la esclavitud del demonio. Por lo que respecta al pecado venial, Juan Pablo II nos recuerda que, aunque no cause la muerte del alma, el hombre que lo comete se detiene y distancia en el camino que le lleva al conocimiento y amor de Dios, por lo que no debe ser considerado como algo secundario ni como un pecado de poca importancia5 .
«El alejamiento del Padre lleva siempre consigo una gran destrucción en quien lo realiza, en quien quebranta su voluntad y disipa en sí mismo la herencia: la dignidad de la propia persona humana, la herencia de la gracia»6 . Aquel que un día, al salir de casa, se las prometía muy felices fuera de los límites de la finca, pronto comenzó a sentir necesidad. La satisfacción se acaba pronto, y el pecado no produce verdadera felicidad, porque el demonio carece de ella. Viene luego la soledad y «el drama de la dignidad perdida, la conciencia de la filiación divina echada a perder»7 : se tuvo que poner a guardar cerdos, lo más infamante para un judío. Pasmaos, cielos, de esto y horrorizaos sobremanera, dice Yahvé. Un doble crimen ha cometido mi pueblo: dejarme a mí, fuente de agua viva, para ir a excavarse cisternas agrietadas, incapaces de retener el agua8 . Fuera de Dios es imposible la felicidad, incluso aunque durante un tiempo pueda parecer otra cosa.
— La vuelta a Dios. Sinceridad y examen de conciencia.
II. El hijo, lejos de la casa paterna, siente hambre. Entonces, volviendo en sí, recapacitando, se decidió a iniciar el camino de retorno. Así comienza también toda conversión, todo arrepentimiento: volviendo en sí, haciendo un parón, reflexionando el hombre y considerando a dónde le ha llevado su mala aventura; haciendo, en definitiva, un examen de conciencia, que abarca desde que salió de la casa paterna hasta la lamentable situación en que ahora se encuentra. «No bastan (...) los análisis sociológicos para traer la justicia y la paz. La raíz del mal está en el interior del hombre. Por eso, el remedio parte también del corazón»9 .
Cuando se justifica el pecado, o se ignora, se hacen imposibles el arrepentimiento y la conversión, que tienen su origen en lo más profundo de la persona. Para hacer examen de la propia vida es necesario ponerse frente a las propias acciones con valentía y sinceridad, sin intentar falsas justificaciones: «Aprended a llamar blanco a lo blanco y negro a lo negro; mal al mal, y bien al bien. Aprended a llamar pecado al pecado»10, nos pide el Papa Juan Pablo II.
En el examen de conciencia se confronta nuestra vida con lo que Dios esperaba, y espera, de ella. Muchos autores espirituales han comparado el alma a una habitación cerrada. En la medida en que se abra la ventana y entre la luz se distinguen todos los desperfectos, la suciedad, todo lo feo y roto allí acumulado. En el examen, con la ayuda de la luz de la gracia, nos conocemos como en realidad somos (es decir, como somos delante de Dios). Los santos se han reconocido siempre pecadores porque, por su correspondencia a la gracia, han abierto las ventanas de par en par a la luz de Dios, y han podido conocer bien toda la estancia, su alma. En el examen descubriremos también las omisiones en el cumplimiento de nuestro compromiso de amor a Dios y a los hombres, y nos preguntaremos: ¿a qué se deben tantos descuidos? Cuando no hallamos de qué arrepentirnos, no suele ser por carecer de faltas y pecados sino por cerrarnos a esa luz de Dios, que nos indica en todo momento la verdadera situación de nuestra alma. Si se cierra la ventana, la habitación queda a oscuras y no se ve entonces el polvo, la silla mal colocada, el cuadro torcido y otros desperfectos y descuidos... quizá graves.
La soberbia también tratará de impedir que nos veamos tal como somos: han cerrado sus oídos y tapado sus ojos, a fin de no ver con ellos11. Los fariseos, a quienes el Señor aplica estas palabras, se hicieron sordos y ciegos voluntarios, porque en el fondo no estaban dispuestos a cambiar.
— El encuentro con nuestro Padre Dios en la Confesión sincera y contrita. La alegría en la casa paterna.
III. Se levantó y fue a su padre. Desandar lo andado. Volver. El hombre continúa añorando, y poco a poco cobran fuerza otros sentimientos: el calor del hogar, el recuerdo insistente del rostro de su padre, el cariño filial. El dolor se vuelve más noble, y más sincera aquella frase preparada: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros.
Todos nosotros, llamados a la santidad, somos también el hijo pródigo. «La vida humana es, en cierto modo, un constante volver hacia la casa de nuestro Padre. Volver mediante la contrición, esa conversión del corazón que supone el deseo de cambiar, la decisión firme de mejorar nuestra vida, y que –por tanto– se manifiesta en obras de sacrificio y de entrega. Volver hacia la casa del Padre, por medio de ese sacramento del perdón en el que, al confesar nuestros pecados, nos revestimos de Cristo y nos hacemos así hermanos suyos, miembros de la familia de Dios»12 .
Hemos de acercarnos a este sacramento con el deseo de confesar la falta, sin desfigurarla, sin justificaciones: pequé contra el Cielo y contra ti. Con humildad y sencillez, sin rodeos. En la sinceridad se manifiesta el arrepentimiento de las faltas cometidas.
El hijo llega hambriento, sucio y lleno de andrajos. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se compadeció; corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
El padre corrió... Mientras el arrepentimiento anda con frecuencia lentamente, la misericordia de nuestro Padre corre hacia nosotros en cuanto atisba en la lejanía nuestro más pequeño deseo de volver. Por eso la Confesión está impregnada de alegría y de esperanza. «Es la alegría del perdón de Dios, mediante sus sacerdotes, cuando por desgracia se ha ofendido su infinito amor y arrepentidos se retorna a sus brazos de Padre»13 .
Las palabras de Dios, que ha recuperado a su hijo perdido y envilecido, también desbordan alegría. Pronto, traed la túnica más rica y vestídsela, poned un anillo en su mano y unas sandalias en sus pies, y traed un becerro bien cebado y matadlo, y comamos y alegrémonos, porque este mi hijo, que había muerto, ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado. Y se pusieron a celebrar la fiesta.
La túnica más rica lo constituye en huésped de honor; con el anillo le es devuelto el poder de sellar, la autoridad, todos los derechos; las sandalias le declararon hombre libre. «En el Sacramento de la Penitencia es donde tú y yo nos revestimos de Jesucristo y de sus merecimientos»14 .
El Señor nos devuelve en la Confesión lo que culpablemente perdimos por el pecado: la gracia y la dignidad de hijos de Dios. Ha establecido este sacramento de Su misericordia para que podamos volver siempre al hogar paterno. Y la vuelta acaba siempre en una fiesta llena de alegría. Tal es, os digo, la alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que haga penitencia15 .
Después de recibir la absolución y cumplir con la penitencia impuesta por el confesor, «el penitente, olvidándose de lo que queda atrás16, se injerta de nuevo en el misterio de la salvación y se encamina hacia los bienes futuros»17 . 1 Antífona de entrada. Sal 144, 8-9. — 2 Lc 15, 1-3; 11-32. — 3 Rom 8, 17. — 4 JUAN PABLO II, Homilía 16-III-1980. — 5 Cfr. JUAN PABLO II, Exhor. Apost. Reconciliatio et Paenitentia, 17. — 6 CONC. VAT. II, loc. cit. — 7 JUAN PABLO II, Enc. Dives in misericordia, 5. — 8 Jer 2, 12-13. — 9 JUAN PABLO II, Discurso a UNIV, Roma 11-IV-1979. — 10 JUAN PABLO II, Hom. Universitarios, Roma 26-III-1981. — 11 Mt 13, 15. — 12 SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ, Es Cristo que pasa, 64. — 13 JUAN PABLO II, Alocución a peregrinos napolitanos, Roma 24-III-1979. — 14 SAN JOSEMARÍA. ESCRIVÁ, Camino, n. 310. — 15 Lc 15, 10. — 16 Fil 3, 13. — 17 Ritual de la Penitencia, 2ª ed., Madrid 1980, Praenotanda, n. 6.
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El caso del anillo del Papa Francisco y el porqué no le gusta que lo besen.
El Papa Francisco explica por qué no quería que le besen el anillo. (Nota publicada en ACIPRENSA, redactada por
Ante la polémica ocasionada por el video durante el viaje del Papa Francisco en Loreto (Italia) en el que no permite que algunos fieles le besen el anillo, el director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, explicó que el motivo fue “por higiene”.
El Pontífice visitó el Santuario de Nuestra Señora de Loreto el pasado 25 de marzo y después de celebrar la Misa saludó a más de cien personas durante unos trece minutos. Durante la mayor parte del tiempo permitió que decenas de fieles besaran el anillo papal, llamado también por la tradición el “anillo del pescador” en alusión a San Pedro.
Sin embargo, durante 53 segundos el Santo Padre evitó que algunos fieles besaran el anillo, sin dejar de saludar a las personas. En las redes sociales y la prensa internacional se difundió un video sobre este breve periodo, o incluso menos; generando toda una serie de comentarios, incluyendo negativos.
Al inicio de una conferencia de prensa realizada este 28 de marzo, Gisotti informó a la prensa que le preguntó al Santo Padre el motivo por el que no quiso que le besaran el anillo. “El motivo es muy simple: por higiene”, indicó el vocero vaticano.
En esta línea, el portavoz vaticano explicó que cuando hay largas filas de personas “hay riesgo de contagio entre la gente”, a diferencia de cuando es un pequeño grupo, y puso como ejemplo cuando al término de la Audiencia General de ayer miércoles sor María Concetta, una religiosa anciana que trabaja en África, le besó el anillo.
El director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede recordó que todos saben que “el Papa ama abrazar a la gente y dejarse abrazar por la gente”.
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Lucas 15:1-3, 11-32 para niños. El Hijo Pródigo. (Video)
El señor Jesús recoge la complejidad de nuestra condición humana en una de las más conmovedoras y recordadas parábolas que nos ha enseñado). Por una parte, saca a la luz el egoísmo y la envidia que habitan dentro del corazón humano, mostrando la conducta de los hijos: 1. exigir su parte de la herencia para desperdiciarla y consumirla en gastos inútiles, sin medida ni razón; 2. indignarse porque al otro se le ha perdonado lo “imperdonable” y negarse a entrar a la fiesta. Por otra parte,muestra la grandeza del corazónde un padre de familia que se conmueve y sale al encuentro, tanto del hijo perdido que retorna al hogar, como del hijo irritado que no comprende la misericordia y se niega a la comunión.
Este relato hace parte de la respuesta de Jesús a sus enemigos, que lo condenan por recibir a pecadores y comer con ellos; se trata de tres parábolas (la oveja perdida, la moneda perdida y la que nos ocupa hoy) cuyo final coincide en el gozo y la alegría por haber recuperado aquello que estaba perdido (Ver Lc 15). Su contenido nos compromete y difícilmente podemos permanecer ajenos y no identificarnos con su desenlace, sus personajes y sus actitudes.
¿Qué podemos aprender a través de esta parábola tan rica en acciones y signos? 1. Dios le concedió al ser humano la capacidad de recapacitar y arrepentirsedel pecado, aunque tenga que mediar el sufrimiento, como el hijo menor que recapacitó solo cuando sintió hambre y tocó fondo. 2. Si bien el egoísmo y la envidia habitan en el corazón humano ─como consecuencia del pecado─, el Señor nos recuerda que nos creó a su imagen, por eso quiere que seamos misericordiosos como Él. 3. «Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo»y aguarda por nosotros con los brazos abiertos para rescatar nuestra dignidad de hijos (traje, anillo, sandalias, fiesta) y mantenernos en su presencia. ¿Y a usted, qué le enseña el Señor? Amén.
José A. Matamoros G. Pbro.
Párroco
Asiste al retiro espiritual durante esta cuaresma.
Puedes programarte para el sábado 13 de abril. Tendrá lugar en el Seminario Mayor, Carrera 7 No. 93A - 50 de Bogotá, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.
Las inscripciones serán en el Depacho Parroquial de luenes a viernes de 10:00 a.m. a 12 m y de 2:00 p.m. a 5:00 p.m.
Teléfono: 2 13 50 41
Costo: $ 20.000 incluye almuerzo.
Hay parqueadero.
Aparta tu cupo oportunamente.
LA MUSICA COLOMBIANA PROTAGONISTA
40 músicos bajo la dirección del maestro Francisco Cristancho, nos regalaron un repertorio de música colombiana, donde los pasillos, ritmo fantasía y el clásico del maestro Lucho Bermúdez, Carmen de Bolívar, engalanaron la noche ambrosiana.
TU PALABRA SE HIZO CARNE
Los animadores de los grupos juveniles de nuestro arciprestazgo se reunieron en nuestra parroquia, para conocer los procesos que la vicaría va a realizar en el 2019. Las Parroquias San Maximiliano Colbe, Dei Verbum y San Ambrosio, participaron del encuentro.