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2-ene.-2024, martes antes de la Epifanía del Señor

«Quien inició en vosotros la buena obra, la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús»

Iniciamos la cotidianidad del camino que recorreremos durante este esperanzador 2024 y lo hacemos con el optimismo y la fe puesta en ti, Señor, esperando que tu bendigas las obras de nuestras manos y que todo lo que vayamos a realizar lo hagamos en tu santo nombre. Tenemos la certeza de que será un buen año, ya que lo queremos hacer con sentimientos de generosidad, disponibilidad y buen servicio. Permite que cumplamos la misión que tiene como fundamento la vocación a la que nos has llamado y que garantiza su realización porque es cumplimiento de la voluntad divina.

Dice san Pablo: «Quien inició en vosotros la buena obra, la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús». Ayúdanos a mostrarnos disponibles a tus llamados a la santidad y seamos tu voz en medio de nuestros hermanos. Que te hagamos presente y te anunciemos con el testimonio de nuestra vida y de nuestra palabra. Como san Juan bautista, que seamos mensajeros de tu bondad y misericordia y que allanemos tus caminos para que no vayan a ser obstáculos en todo lo que nos propones realizar. Con alegría y muchas esperanzas, vayamos y afrontemos nuestro diario vivir.

Nuestros 364 días sean de una buena forma, anhelos y metas que nos propongamos. Feliz martes y vayamos a servir, amar y a ser felices siendo optimistas.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Atended a estos nuevos y estupendos prodigios: el Sol de justicia que se purifica en el Jordán; el fuego, sumergido en el agua; Dios santificado por el ministerio de un hombre. Hoy la creación entera resuena de Himnos: ‘Bendito el que viene en nombre del Señor’» (san Proclo de Constantinopla).

* «Juan Bautista se “inclina” ante Dios. Es exactamente lo que hace el Redentor: Dios reside en lo alto, pero se inclina hacia abajo. Este mirar hacia abajo es un obrar: me transforma a mí y al mundo» (Benedicto XVI).

* «La consagración mesiánica de Jesús manifiesta su misión divina (…). ‘El que ha sido ungido, es el Hijo, y lo ha sido en el Espíritu que es la Unción’ (S. Ireneo de Lyon). Su eterna consagración mesiánica fue revelada en el tiempo de su vida terrena en el momento de su bautismo por Juan (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 438).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.